En notas anteriores habíamos señalado que en las Reglas de la I.T.F. se prescribía que el “umpire” o “juez de silla” era la máxima autoridad en las cuestiones de hecho que se pudieren suscitar en un partido, mientras que el árbitro general estaba facultado para la toma de decisiones inapelables en materia reglamentaria.
Coincidentemente, pocos días atrás, durante la disputa del Abierto de los Estados Unidos (US Open), se produjo un episodio que grafica a las claras la letra y espíritu de esta normativa.
El 28 de agosto de 2014, en la segunda ronda del torneo, se enfrentaron el italiano Simone Bolelli (#76 ATP) y el español Tommy Robredo (#18 ATP). Habiendo triunfado Bolelli en los dos primeros sets (7-5 y 7-6 ), mientras se disputaba el tercero se produjo un inusual incidente que merece ser recordado. Estando un punto en disputa, Bolelli no respondió a un tiro de Robredo argumentando que el juez de línea había cantado "out". Ciertamente, el grito de "out" existió pero no provino del juez de línea sino de un espectador desde la tribuna.
Ante esta situación se produjo un intercambio de opiniones, resolviendo el umpire que el punto se jugara nuevamente en razón que Bolelli había sido inducido a error. Ante la disconformidad de Robredo, intervino el árbitro general, quien revocó esta decisión. En fallo inapelable resolvió que que la pelota debía ser considerada mala para el italiano por no haber continuado el juego. De este modo, priorizó el fallo del juez de línea, quien había guardado silencio, descalificando el grito de "out" del espectador, sin facultades para ello.
Indudablemente, ello influyó en el curso del match, pues Robredo ganó el tercer set en que se produjo el incidente y los dos siguientes.
En este caso particular, lo que desató la polémica fue una cuestión reglamentaria y por ello intervino el árbitro general, quien ejerciendo sus atribuciones puso fin a la polémica modificando el fallo del juez de silla.