He podido advertir, a través de los años, que raquetas con una tecnología no convencional habitualmente no son aceptadas por el mercado.
Hemos vistos fracasar modelos de gran calidad, con materiales de excelencia y generadores de gran performance por no responder a los cánones estéticos tradicionales. En este sentido, vale puntualizar que cuando estas raquetas son lanzadas a la venta por las marcas tradicionales son menos resistidas que aquéllas de marcas menos populares.
Sepp Baumgartner
Así, podemos recordar las raquetas asimétricas que a comienzos de la década de 1990 sorprendieron a los aficionados y que prontamente dejaron de producirse.
Según puede apreciarse en la ilustación 1 el eje de la raqueta se encuentra desplazado hacia abajo, de modo que ambos hemisferios de la raqueta no tienen la misma superficie.
En esa época, Völkl había lanzado al mercado dos versiones de asimétricas, los modelos "Revolution 30" y "Revolution 35" para dos niveles distintos de jugadores. El "Revolution 30" de aro más pequeño y perfil más angosto que generaba control y precisión y el modelo "Revolution 35" de aro de mayor superficie y perfil más ancho. Como se advierte en la ilustración, el eje de este modelo se encuenta inclinado hacia abajo, con el consiguiente desplazamiento del sweet spot.
El fabricante argumenta que esta estructura potencia el topspin (2) y el slice(3) por correrse hacia abajo el centro de gravedad del marco (4).
Quien suscribe estas líneas, opina con conocimiento de causa porque -en esos tiempos- empuñaba una raqueta Völkl modelo "Revolution 35" producida entonces en Alemania Occidental, de gran confort, power y un sorprendente "forgiving", que perdonaba hasta los golpes más descentrados. Su comercialización no fue fácil hasta que se promovió un sistema de testeo en cancha que generó un rápido incremento en las ventas. Quienes se animaron a empuñarla recuerdan, al día de hoy, con nostalgia esa raqueta tan "fácil" que contribuía al divertimento.
Esta experiencia reitera, una vez más, la necesidad de probar el modelo de raqueta que uno tiene en mira adquirir, más allá de quien la use y de las enormes ventajas que se anuncian en su promoción.