Recién llegado de Beijing, donde se desempeñó como encordador oficial de los Juegos Olimpícos, Luis Pianelli me comentaba que en cada torneo importante donde concurre contratado confirma más y más la creciente importancia que los encordados tienen para los tenistas profesionales del más alto nivel.
Ellos son conscientes de su importancia y para optimizar su juego en su gran mayoría han optado por los híbridos.
Además después de cada partido proceden a cortar las cuerdas de aquellas raquetas que no utilizaron, las que deberán ser encordadas nuevamente al día siguiente, previo a su siguiente match.
Los encordados que usan ciertamente son muy costosos y si bien ellos no los pagan, sí deben pagar la mano de obra del mismo cuyo valor promedio es de US$ 30.- Luis me comentaba que algunos tenistas efectuaron más de cinco encordados en un solo día.
Causa gracia que mientras ellos descartan un encordado efectuado el día anterior, en nuestro medio son muchos los que protestan porque la cuerda le duró tres meses o los que se jactan porque su encordado fue efectuado hace un año y aún le dura.
Estos son ejemplos extremos pero dan la pauta que los que viven del tenis saben de su importancia para un juego de gran precisión en el que está en juego mucho dinero.
Sin caer en exageraciones y en problemáticas ajenas a las de un jugador de club debemos insistir en la importancia de un encordado "fresco".
Casi todos usamos cuerdas sintéticas que están condicionadas por factores climáticos y sometidas a la influencia de los Elementos. Con el paso del tiempo el encordado se estira, perdiendo no solamente su tensión sino también su performance; además del envejecimiento de las fibras sintéticas, en menoscabo de sus propiedades y cualidades.
Del mismo modo, el impacto sobre una pelota húmeda y pesada como consecuencia del estado de la cancha y de los factores climáticos.
Claro que para ello está el encordador quien debe aconsejar el reemplazo cuando corresponda. Por es conveniente pedirles que luego de efectuado coloquen un sticker en la raqueta con indicación de la fecha, del modelo de cuerda utilizado y tensión aplicada.
El problema es que en nuestro país cualquiera es encordador, bastando con comprar una maquinita encordadora ……y a facturar.
Es importante cerciorarse :
Cuantos puntos de apoyo tiene la máquina para evitar que se deforme o rompa la raqueta.
Si el encordador tiene una variedad mínima de cuerdas que permita elegir el tipo de cuerda que necesita el consumidor.
Si se anota en una ficha la secuencia de encordados de cada cliente para que con una base de datos se puedan ir haciendo las correcciones necesarias.
Es alarmante constatar cuantos de ellos trabajan con unos pocos modelos de cuerdas colocando en la mayoría de los casos monofilamento de polyester para satisfacer las demandas del cliente que pide una cuerda que dure mucho. Del mismo modo muchísimos carecen de un calibre, que es el instrumento que le permitirá verificar si la máquina aplica la tensión que se le pide.