Los tenistas, desde niveles iniciales hasta los más avanzados, suelen elegir su raqueta en base a las más variadas motivaciones.
Por supuesto una de ellas es la marca y ello explica las exhorbitantes inversiones que algunas hacen tanto en publicidad como en la contratación de jugadores. Son muchos los que quieren usar raqueta que la que utiliza el Nº 1 del ranking o el ganador del último torneo Grand Slam o la de algún carismático jugador. Tampoco falta el que basa su elección en la cosmética y a veces hasta la funda también influye.
Todos estos procederes son irracionales y conducen generalmente a una adquisición equivocada.
La mejor raqueta es la que mejor se adapta a la forma de juego. Por ello la mayoría de las marcas ofrece un amplio espectro de modelos de diferentes características, las que resultan de: + peso, + balance o distribución del peso, + materiales, + tamaño del aro, + diseño del marco. + medida del perfil del marco, + largo de la raqueta, + número de cuerdas (pattern).
Todas las marcas de raquetas disponen de folletos y catálogos dirigidos al consumidor pautando los diferentes modelos de raquetas en distintas categorías para que el jugador pueda, en base a esas "claves" seleccionar racionalmente el modelo más conveniente. Estas tablas funcionan como guía para orientarnos en la búsqueda.
Esto, acompañado del consejo del profesor o de un amigo más experimentado conducen a una elección con más probabilidades de ser exitosa.
Sin embargo, siempre lo más aconsejable es testear o probar la raqueta antes de adquirirla, especialmente para aquellos jugadores con "feeling" suficiente como para darse cuenta cuando un producto le sirva.